los ninos no teníamos nada en tiempos de guerra.[...] No había golosinas, ni azúcar.guiza por eso el día de reyes era el día de la gran felicidad gracias a que los padres se sacrificaban todo el ano para conseiguir colocar algo en nuestros zapatos ya desde una semana antes estábamos de los nervios nos creíamos a pie juntillas que de verdad eran los reyes quienes IIegaban a nuestro pueblo con sus camellos cargados de regalos y anhelábamos tanto esos regalos que aunque fueran cuarto cosillas modestas al verlas nos parecían un tesoro maravillos.[...]
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